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Un tratamiento o Terapia de Reiki

La sesión se hará con el paciente recostado sobre una camilla, el cual se deberá descalzar y deberá tener ropa cómoda. Para la sesión es muy posible que el reikista coloque una música suave y aromatice el ambiente con lo cual ayudará a que el paciente se relaje y pueda disfrutar del encuentro con la energía Reiki.

Durante la sesión el reikista coloca sus manos sobre zonas específicas del cuerpo del paciente para ir armonizándolo. Si bien se puede dar una sesión completa de Reiki, o un tratamiento de cuatro sesiones consecutivas e ininterrumpidas que sirve como tratamiento de shock para sacar al paciente de algún estado de desarmonía. Luego de este tratamiento de cuatro días consecutivos se podrán tomar sesiones individuales una vez por semana como mínimo.

La mayoría de los tratamientos comienzan por la cabeza, se hacen diferentes posiciones por el cuerpo y se terminan por los pies. Cada posición de las manos es mantenida durante unos minutos sobre los centros energéticos principales. El terapeuta de Reiki invita al receptor a relajarse, a concentrarse en su respiración y a meditar, (si el paciente tiene práctica en ello). Durante la sesión, la energía fluirá dentro de ti, equilibrando tu sistema energético, soltando tensiones y estrés, aliviando dolores y activando la capacidad del cuerpo para sanarse.

Los tratamientos están divididos en sesiones. Cada sesión dura aproximadamente 1 hora, pero varía según las necesidades de cada paciente. Los tratamientos se hacen en bloques de 4 sesiones, ya que Reiki suele actuar de forma progresiva y los cambios se aprecian normalmente a partir de la segunda o tercera sesión (aunque muchas veces hay una mejoría a partir de la primera sesión). Normalmente es suficiente una sesión por semana, aunque en casos de dolores crónicos se pueden aumentar a dos por semana para el primer tratamiento.

De todos modos, es importante matizar que cada persona es un mundo. Los tiempos son orientativos ya que algunas personas notan mejoría o desaparición de la dolencia en pocas sesiones, mientras otras necesitan más tiempo.

Durante un tratamiento, se siente una relajación profunda, una gran sensación de paz. Muchas personas se quedan dormidas, cosa que no influye para nada en el resultado final, algunas siente un cosquilleo, calor o frío en diferentes partes del cuerpo según fluye la energía, otras personas ven colores, experimentan una sensación de "flotar" o sienten emociones que salen a la superficie y otras no sienten nada y no por ello el Reiki no está funcionando.

Se pueden hacer sesiones individuales para obtener una profunda relajación y sensación de bienestar momentáneo o bien el tratamiento de cuatro sesiones donde se trabaja más a fondo para sacar al paciente de algún estado de desarmonía. Al finalizar éste tratamiento se podrán tomar sesiones individuales con la frecuencia que el paciente necesite.